Retrato del libertino (2017 nº 8)

Los contenidos escritos organizados en este libro cubren tópicos distintos. El primero repasa formas de comprender el cariño carnal. El segundo —que amplía una charla reciente— piensa sobre alegría y tristeza, en el contexto de las relaciones entre ética y medicina. El tercero abunda en esas relaciones, desde una microinvestigación sobre el vicio de apostar. El cuarto aborda la ebriedad como experiencia de todo el mundo. El quinto versa sobre la eutanasia como bien o derecho universal. Los episodios sexto y séptimo son de todos modos entrevistas, fabricadas a 2 jubilados muy saludables. Numerarlos no señala cierto razonamiento único, que fuera desplegándose de a poco, más allá de que su trasfondo es —constantemente la salud. Fuera de las restricciones del creador, el nexo de unión en medio de estos bosquejos es pasar gaceta a ciertas pasiones de manejo especial, que semejan singularmente físicas o apremiantes si se equiparan con otras de manejo supuestamente menos especial, como la ambición de seguridad o la de mando. No obstante, al investigar con algún aspecto esas pasiones —las reputadamente mucho más apremiantes—, chocamos frente todo con montañas de hipocresía. Y estas montañas velan, por su parte, aquello que semeja fundar la virtud: lo corpóreo es anímico y lo anímico corpóreo