Eso no estaba en mi libro de Historia del Circo

¡Señores y señoras! ¡Damas y caballeros! ¡El mayor espectáculo de todo el mundo llegó a su localidad! Estas expresiones son el preámbulo de la aparición de algo mágico, que lúcida nuestro mucho más tierno recuerdo. Hay escasas disciplinas que susciten en el espectador sentimientos tan universales como los de la risa, la admiración, la angustia, el suspenso, la alegría, el desconcierto, el temor, el romance, la luz o la obscuridad. Todo eso... es el circo. De la misma la música, la pintura o el teatro, el espectáculo circense aparece de una necesidad de expresión del humano que trasciende los límites, explora el peligro, la superación personal y las conmuevas. Todo espectador sabe que, en él, lo fundamental no es el ilusionismo sino más bien el peligro. Y que el artista circense no posee nada que esconder: todo está a la visión del público. Eso no se encontraba en mi libro de Historia del Circo junta las anécdotas y curiosidades mucho más ignotas de este fantástico arte que viene embelesando a pequeños, y no tan menudos, desde tiempos inmemoriales. Durante estas páginas el lector va a conocer los orígenes del circo, que le trasladarán a las carreras de cuadrigas en la vieja Roma o a la Comedia del Arte de la Italia medieval, va a poder arrimarse al bestiario de fieras salvajes y exorbitantes que han circulado por las carpas de la mitad del planeta, va a viajar a la China ancestral o al Salvaje Oeste para encontrar a los primeros malabaristas y al mismísimo Buffalo Bill, se asombrará con la galería de seres irregulares y freaks que se exhibieron el pasado siglo para deleite del público, o va a conocer el lado oculto de ilusionistas como Houdini, payasos como Charlie River o mentalistas como Madame Duclos. Una galería sobre la trastienda del circo y su lado menos popular. El circo es el otro lado del espéculo, en el que se dan cita: Lo extraño, lo extravagante, lo mágico, lo inquietante, lo impensable, lo esperpéntico... aquello que reta nuestra razón. Todo cuanto tuvo siempre y en todo momento su mejor cobijo bajo las carpas y caravanas. Por consiguiente: pasen y vean: ¡Las mayores extrañezas se esconden entre estas páginas!