Mito de la Industrialización peronista, El

En este corto ensayo Emilio Ocampo prosigue exactamente la misma línea que en otros de sus libros: desmitificar individuos y capítulos de la historia ar- gentina. Se habla en un caso así de un mito de factura reciente: la Argentina se industrializó merced a Perón. El mito se muestra en múltiples ediciones. La mucho más benigna expone que la industria que existió hasta 1945 no era una “verídica” industria, así sea por su menor peso relativo o nivel de diversificación. Según la mucho más fatua, si no podría haber sido por Perón la Argentina el día de hoy no tendría industria. En alguno de sus ediciones, el mito supone una tosca tergiversación del pasado. Además de esto, es dañi- no, en tanto que expone una causalidad espuria: solo es viable desarrollar la industria con proteccionismo y subsidios de carácter persistente. Esta iniciativa subyace a la política económica aplicada en la Argentina en los úl- timos setenta años. Según Ocampo, el apego de los argentinos al “realis- mo mágico” como procedimiento para interpretar la verdad presente y pasada se encuentra dentro de los componentes que han contribuido a la caída del país.
Quizás el aspecto mucho más reciente del libro es el énfasis que pone sobre un episodio poco popular de la historia económica argentina: el apogeo exportador de la industria entre 1939 y 1946. Entre esos años los empre- sarios argentinos llegaron a exportar 20% de su producción a mercados tan dispares como USA, Suráfrica, Enorme Bretaña, Suecia y la mayor parte de los países de América Latina. Desde 1947 las expor- taciones industriales cayeron ásperamente y no se recobraron hasta bien entrada la década de los setenta. El análisis de esta experiencia, al que los historiadores no le han prestado bastante atención, da entre las refutaciones mucho más concluyente del mito de la industrialización pero- nista. Además de esto, deja atisbar una Argentina que ha podido ser: actualizada, democrática, próspera y también industrializada.