Black, black, black (Narrativas hispánicas nº 468)

Black, black, black es una magnífica novela negra que puede leerse como tal, pero asimismo, y más que nada, como otra cosa, ya que Marta Sanz nos ofrece una lectura insurrecto sobre la crueldad del sistema, sobre su imperfección, un relato donde la iniciativa del delito como producto de la fricción popular, de algo mucho más horrible que las nosologías, abre la oportunidad de una investigación sicológica que profundice en las relaciones de causa y efecto y no se base solo en las pruebas de laboratorio y en las mesas de los forenses. Se habla, ya que, de una ficción donde la crueldad inexplicable termina ajustándose al razonamiento lógico y lo "indetectable" sale a la luz con toda la capacidad que tiene lo siniestro, ese "siniestro familiar" del que charlaba Freud. Y esta es la concepción, política y oratoria, que sosten esta novela policiaca capaz, entretenida y subversiva.

Los progenitores de Cristina Esquivel, una geriatra a la que han encontrado asfixiada en su piso de La capital española, contratan al detective Arturo Zarco a fin de que halle al asesino. De todos modos, lo que aguardan es inculpar a Yalal, el albañil marroquí con el que se encontraba casada Cristina, y que en este momento tiene la custodia de la hija de los dos. Zarco es un detective poquísimo usual