Vidas enredadas

Elisa, Teresa y Lucía descubrirán que ser adultas no es tan simple como pensaban.

Elisa está un tanto frustrada. De pequeña soñaba con transformarse en una pintora de renombre, tener su apartamento en el centro de una enorme localidad, viajar por todo el planeta y vivir una vida enternecedora. Pero prosigue durmiendo en el dormitorio de su niñez, transporta meses sin colorear un cuadro y trabaja en un bar de vecindario. Pero eso la va a hacer arrimarse a Andrés, un compañero de trabajo que la regresa un tanto ida con sus comentarios sarcásticos y sus medias sonrisas.

Lucía transporta una vida monótona. Siempre y en todo momento fue muy práctica, conque estudió algo poco entretenido, pero «con salida» y en este momento su rutina se restringe a ir de casa a la oficina y de la oficina a casa. Pero su calma se desvanece de un día para otro en el momento en que Alicia, la novedosa pupila de prácticas, llega a la gestoría donde trabaja. Alicia es impetuosa por naturaleza y no duda ni un momento en proponerle vivir una aventura que puede poner su historia del revés.

Teresa, no obstante, está muy feliz. Toni, su novio desde el centro, termina de solicitarle matrimonio y, si bien no tienen varios ahorros y sus progenitores los piensan bastante jóvenes para ofrecer ese paso, están deseando festejar la boda. Pero todo se dificulta en el momento en que la echan de la tienda donde trabaja. Toni y ella deben confrontar al difícil mercado de trabajo mientras que procuran piso y cada vez ven mucho más lejano su final de cuento de hadas.

¿Van a poder confrontar a sus temores y hallar la vida que desean?