El verano sin hombres (Panorama de Narrativas nº 791)

«Una irónica, refulgente meditación sobre la identidad femenina, redactada en una prosa lírica, seductora» (Lucy Scholes, The Sunday Times), «Cómica, escencial y refulgente, si bien trate temas de vida o muerte» (Maria Russo, The New York Times).

En el momento en que Boris Izcovich ha dicho la palabra «pausa», Mia Fredricksen, de cincuenta y cinco años, aloqueció. Pues lo que deseaba su marido era una pausa en su matrimonio, tras treinta años sin adulterios y una hija atractiva. Hay que decir que la «pausa» de Boris es francesa, compañera de trabajo, joven y con buenas lolas. Pero la disparidad de Mia no fue mucho más que una corto psicosis, y ese verano vuelve a Bonden, la localidad de su niñez, donde aún vive su madre en una vivienda para ancianas activas y también independientes. Mia arrienda una vivienda, se relaciona con sus vecinos, una muchacha recién casada con 2 pequeños y un marido que le lúcida supones de castigo, y visita a su madre y a su conjunto de amigas. Recobra los recuerdos de su niñez, y revela ciertos misterios de la femineidad de otras generaciones. Asimismo dirige un taller de poesía con un conjunto de alumnos. Y con todos estos accidentes, historias y vidas, Mia urde esta veloz, refulgente comedia feminista, de inesperado final... «Una irónica, refulgente meditación sobre la identidad femenina, redactada en una prosa lírica, seductora» (Lucy Scholes, The Sunday Times), «Cómica, escencial y refulgente, si bien trate temas de vida o muerte» (Maria Russo, The New York Times).