Todo el mundo es importante (Éxito)

Desde 1997, Bob Chapman y Barry-Wehmiller han encabezado un enfoque absolutamente distinto del liderazgo que está promoviendo una ética, una lealtad, una imaginación y un desempeño sin precedentes. La compañía repudia completamente la iniciativa según la que los usados son sencillos funcionalidades que tienen la posibilidad de intercambiarse, «motivarse» a través de el recurso del palo y la zanahoria o despedirse a intención. En Barry-Wehmiller están persuadidos de que todo el planeta es esencial, como en cualquier familia.

En los pésimos instantes, las familias continúan unidas, sus integrantes hacen sacrificios juntos y capean juntos las adversidades. Si el padre pierde el trabajo, no se deshace de uno de sus hijos. Ese es el enfoque que adoptó Barry-Wehmiller en el momento en que la Enorme Recesión logró que sus capital se desplomaran. En vez de recurrir a los despidos masivos, encontraron formas creativas y solidarias de achicar los costos. Como producto de ello, Barry-Wehmiller salió de la crisis con la ética de sus trabajadores reforzada.

Chapman y Raj Sisodia detallan en este libro de qué manera una organización puede negar las secuelas traumáticas de los despidos en masa, las reglas deshumanizadoras y las etnias hipercompetitivas. En relación dejas de estimar a la gente como funcionalidades o costos, los liberados trabajadores comienzan a comunicar sus capacidades y talentos en pues de una meta común. Los trabajadores frustrados dejan de tener la sensación de que su trabajo carece de sentido. Y todo el planeta deja de contar los minutos que faltan para irse a casa.