Soledad y destino

"Según Liiceanu, este «king of pessimists», el nihilista de su siglo por antonomasia, «no partió de ningún principio abstracto, sino más bien de un estado de espíritu, ni tampoco desarrolló ninguna iniciativa, sino más bien una obsesión». Y aquí existen muchas de ellas, magníficamente punzantes: la pobreza y la soledad, la depresión y la desaparición, la agonía y la catástrofe, al fin y al cabo, «el padecimiento como destino», la mortal carencia de identidad, pues absolutamente nadie comprende a absolutamente nadie, y, en cierta forma, «absolutamente nadie existe»"
Toni Montesinos, «La Razón»

Desde 1931, en el momento en que se encuentra cursando su tercer año en la Capacitad de Filosofía y Letras de Bucarest, Cioran empieza a ayudar en distintas diarios bucarestinos de la temporada, como Mişcarea, Floarea de foc, Azi, Gîndirea, Calendarul, Vremea, Discobolul, Abecedar y Cuvîntul.

Bajo el título Soledad y destino [Singurǎtate şi destin] —«ese precioso título que para mí sintetiza a Cioran», redacta Simone Boué en su prefacio a los Cuadernos—, se reúne en este volumen parte importante de la producción publicística del creador, en un intérvalo de tiempo que entiende sus contenidos escritos iniciales, el bienio que avanza en Alemania (1933-1935) y sus primeros años en Francia, hasta 1943.