Religión y sociedad en España (siglos XIX y XX) (Collection de la Casa de Velázquez nº 77)

La España moderna vivió según su cronología, y su dramatismo, los cambios y las crisis de las sociedades occidentales. En verdad, las relaciones entre la Iglesia y el Estado orientaron, indudablemente considerablemente más que en otros países, su crónica. La hegemonía política y cultural de la España actualizada, reivindicada por la derecha, radicaba en el catolicismo. Toda cuestión política tuvo en España un trasfondo espiritual ya que la religión englobaba todas y cada una de las esferas de la sociedad y el Estado dependía de la Iglesia. Pero la sacralización por la derecha déspota de un pasado glorioso y de la organización estamental del Viejo Régimen, confundidos con el catolicismo triunfante, contribuyó a forjar la imagen de un país enfrentado con la modernidad y que tenía adversidades para amoldarse a las demandas del liberalismo económico y político. Lo que estuvo en juego en la lenta evolución de este fenómeno espiritual fue la interpretación de la modernización y de la democratización de España. La democracia, que pasó de ser un valor reivindicado por una minoría popular a una exigencia compartida por extensos ámbitos, implicaba otra relación con una Iglesia que admitiera la civilización secular y renunciara a su concepción totalizadora de la sociedad.