Siria: Revolución, sectarismo y Yihad.

Lo que comenzó siendo una revolución habitual contra Bashar al-Asad se convirtió próximamente en una confrontación civil entre un régimen autoritario, que apostó sus cartas a la llamada solución militar, y los distintos conjuntos rebeldes, inútiles de conformar un frente común para combatir contra un contrincante considerablemente más poderoso en una guerra asimétrica. La indiferencia occidental frente al descenso de Siria a los avernos abrió el sendero a las potencias regionales que armaron a los distintos bandos de la contienda, lo que acentuó el sectarismo en un país donde las minorías étnicas y confesionales representan una tercera una parte de la población. En este ámbito caótico brotó el califato yihadista proclamado por el ISIS.
La aproximación al enfrentamiento sirio no resulta simple, entre otras muchas cosas por la multiplicidad de actores implicados en su avance y la variedad de intereses que defienden. Para intentar entenderlo no solo es suficiente con emprender la situación interna, sino asimismo es indispensable detenerse en sus dimensiones regional y también en todo el mundo para saber hasta qué punto las injerencias de Rusia, Van a ir, USA, Arabia Saudita, Turquía o Qatar han agravado la guerra. El resultado de esta guerra multidimensional es muy conocido: la mayor catástrofe humanitaria registrada en Oriente Próximo desde la Segunda Guerra Mundial con cerca de quinientos mil de fallecidos y millones de desaparecidos. A consecuencia de los combates, 2 terceras unas partes de la población siria se vieron obligadas a dejar sus hogares y se convirtieron en asilados o apartados internos.