Siete casas vacías (Voces / Literatura nº 213)

Las viviendas son siete, y están vacías. La narradora, según Rodrigo Fresán, es "una científica cuerda contemplando locos, o gente que está pensando con seriedad en volverse ida". Y la cordura, como siempre y en todo momento, es superficial.

Samanta Schweblin nos arrastra hacia Siete viviendas vacías y, cerca de ellas, empuja a sus individuos a examinar terrores rutinarios, a diseccionar los temores propios y extraños, y a poner encima de la mesa los prejuicios de quienes, entre el extrañamiento y una "normalidad" enrarecida, contemplan a el resto y se contemplan. La prosa afilada y precisa de Schweblin, su aptitud para hacer atmosferas profundas y claustrofóbicas, y la inquietante gama de experiencias que recorren sus siete cuentos hicieron a este libro merecedor del IV Premio En todo el mundo de Narrativa Corto Ribera del Duero. El jurado, del que formaron parte los escritores Pilar Adón, Jon Bilbao, Guadalupe Nettel, Andrés Neuman y que estuvo encabezado por Rodrigo Fresán, valoró en Siete viviendas vacías la precisión de su estilo, la indagación en la extravagancia y el perverso costumbrismo que habita sus envolventes y deslumbrantes cuentos.