Quinoterapia

Revela las tiras del enorme Quino sobre médicos y pacientes

«Cada libro de Quino es lo que mucho más se semeja a la alegría: la quinoterapia.»

Gabriel García Márquez

«Ser un humano es probablemente una patología insanable», afirmaba Quino, el excelente dibujante argentino que, no obstante, procuró esa cura incesantemente por medio de su extensísima obra. Una curación que probablemente radique en la inocencia para estimar cambiar el planeta y en el humor para reírse de todo. Como ha dicho García Márquez, «Cada libro de Quino es lo que mucho más se semeja a la alegría: la quinoterapia». En este libro que transporta exactamente ese título, el premio Príncipe de Asturias junta sus viñetas hacia las visitas al médico, en las que despliega su mirada mucho más irónica y mordaz.

La crítica dijo...
«Los lúcidos mensajes de Quino prosiguen actuales por haber conjuntado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la hondura de su pensamiento. La obra de Quino acarrea un colosal valor educativo y ha sido traducida a varios lenguajes, lo que revela su dimensión universal. Sus individuos trascienden cualquier geografía, edad y condición popular.»
Acta del jurado del Premio Príncipe de Asturias

«Seguramente le debo bastante a Quino como humorista gráfico, pero mucho más le debo como persona.»
Liniers

«Mirá que cambiaste el planeta con tus dibujos, ¡eh! Lo mejoraste bastante. No, no alcanzó. Jamás consigue. No hay témpera blanca que lo corrija. [...] ¡Y tus páginas! Filosofía y poesía. Crítica feroz y inocencia. Un pibe de ocho años y un viejo sabio en exactamente los mismos zapatos.»
Tute

«Lo intuíamos. El auténtico Principito era Quino.»
Miguel Rep

«Un inusual testigo de medio siglo de historia, un testigo irónico y lúcido, si bien no se nos sugiera en ningún instante como ecuánime, pues el creador tomó, en su historia y en su obra, abiertamente partido.»
Esther Tusquets

«Quino resumió las ganas de reír y de estamparse contra la pared.»
Karina Sainz Borgo, Vozpópuli

«Entre los espíritus mucho más lúcidos, insobornables y creativos de ese género menospreciado que cambia todo el tiempo de nombre: tebeo, cómic, historieta.»
Rafael Narbona, El Cultural