Lo que hemos comido (Áncora & Delfín)

Este es un libro de recuerdos, de recuerdos culinarios. Joseph Pla lo escribió en un ejercicio que ambicionaba plasmar sobre el papel las experiencias palatales que su memoria había acumulado a lo largo de una vida. La relevancia de ese género de recuerdo en la vida y en la obra de Pla fue primordial: a su juicio, la añoranza procede, de manera frecuente, de una impresión gustativa pasada, inalcanzable, de las huellas que lo que hemos comido fué dejando en nuestro paladar. Juntando los distintos apuntes gastronómicos y misterios culinarios que se proponen en este libro, podría recomponerse con su riqueza de matices una culinaria especial: La vieja cocina familiar del Mediterráneo. Los episodios de esta obra, de hecho, forman una hermosa, lúcida y original divagación sobre los elementos que tienen dentro la tan conmemorada dieta mediterránea, de las salsas de aceite de oliva a la ensaimada mallorquina o los turrones, sin olvidar ningún jalón intermedio, así sea verdura o legumbre, carne o pescado, sopas, guisos o asados: bogavante, bacalao, habas, guisantes, arroces, cocidos, butifarras... Transformada con el pasar de los años en pura ilusión del espíritu, la cocina genuina, sin prisa y con amor al prójimo que demandaba Pla, semeja renacer en el presente: la melancolia del escritor, en expresiones de Manuel Vázquez Montalbán, creador del prólogo y la selección de contenidos escritos, coincide con nuestros deseos y esperanzas. Llevaba razón Pla: la memoria culinaria, personal o colectiva, es la mucho más susceptible de pervivir.