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La rebelión de Krzysztof Charamsa contra la hipocresía de la Iglesia.
La piedra angular es la primera piedra que se pone en el momento en que se edifica un edificio. Es la más esencial, aquella donde, idealmente, descansa toda la construcción. Se busca y elige con mimo, escavando en hondura.
En el momento en que Krzysztof Charamsa salió del armario, en el mes de octubre de 2015, puso la piedra angular de su historia. En el punto culminante de una carrera de máximo nivel como teólogo del Vaticano, Charamsa decidió denunciar al planeta la hipocresía de la Iglesia católica, una institución que, ya hace siglos, usa el sexo para imponer su poder sobre la multitud. Lo realiza sembrando infelicidad en la gente, condicionándolas, a través del precepto, la doctrina y la confesión, a no vivir con tranquilidad esta dimensión primordial de la presencia.
Todo ello oculto tras un mantón de hipocresía por el hecho de que, según Charamsa, el clero católico, homófobo hasta la medula, está compuesto en enorme medida por gays. En ocasiones reprimidos, en ocasiones atrapados en la clandestinidad, pero siempre y en todo momento obligados al mandamiento antinatural del celibato, estos hombres de la Iglesia van a transformarse en abono de una tierra fértil donde germina la vergonzosa semilla de la pederastia y otros abusos.
Con La primera piedra Charamsa quiere agitar conciencias y sentar las bases para una precisa renovación de la Iglesia católica, una institución que todavía desea opinar. Una Iglesia que para lograr continuar estando como guía espiritual debe, por último, empezar a respetar la orientación sexual de todas y cada una la gente. La Iglesia católica del futuro.
«La Congregación para la Doctrina de la Fe es el corazón de la homofobia de la Iglesia católica, una homofobia exasperada y obsesa.»
«De todos modos, la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex- santurrón trabajo, ex- santa inquisición) es una suerte de oficina de los servicios misterios. He vivido mucho más de 12 años en aquella clase de sucursal de la KGB. El día de hoy pienso que debería ilegalizarse como ella misma transformó en ilegales a gays y lesbianas: esta congregación no posee ningún derecho a entorpecer en la política de los estados democráticos y debería cerrarse. Pero sé que no va a ocurrir.»
Krzysztof Charamsa
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