Normas de cortesía

Un vibrante homenaje a la Novedosa York de los años treinta. Con diálogos afilados como puñales y un ritmo efervescente, Reglas de cortesía cuenta la educación de una muchacha ambiciosa que pelea por subsistir en la localidad de las mil caras, una selva donde las mejores ocasiones conviven con infinitas tentaciones y riesgos.

En la Nochevieja de 1937, Katey Kontent, mecanógrafa en un bufete de abogados de Wall Street, y Eve Ross, su compañera de pensión, van prestas a exprimir intensamente la independencia que asegura Novedosa York. Se dirigen a The Hotspot, un bar de tercera fila donde se toman el jazz lo bastante seriamente para que absolutamente nadie moleste a 2 chicas de buen ver, y donde la ginebra es bastante económica para tomar un dry martini cada hora. En el momento en que los tres dólares estadounidenses que llevaban se agotan, hace aparición en escena Theodore Tinker Gray, un joven cachorro de la aristocracia de Novedosa Inglaterra, luciendo una sonrisa arrebatadora y un abrigo que Katey y Eve no podrían abonar con sus salarios de un año. Juntos terminarán festejando la llegada del año nuevo en Times Square, en una noche que va a marcar el principio de una amistad que convertirá sus vidas. Este acercamiento fortuito va a suponer para Katey el ingreso a círculos distinguidos de la sociedad neoyorquina, en los que, merced a su agudeza, sus nervios de acero y su intelecto, conseguirá que se le abran muchas puertas. Sin embargo, inmersa en un cosmos resplandeciente, un planeta frívolo y disoluto habitado por individuos de incierta procedencia, Katey deberá conocer las reglas del juego para amoldarse a los retos de la enorme localidad.

La crítica dijo...
«Una ferviente evocación de la alquimia popular fundamentada en los encuentros casuales que se generaban en los garitos del Village, las cafeterías de Wall Street, los distinguidos clubs de Manhattan y los locales furtivos del Lower East Side.»
The New York Times Book Review

«Escuchen algo de Billie Holliday, sírvanse un dry martini y sumérjanse en la azarosa vida de Katey Kontent. El creador revela saber tan bien el planeta favorecido que detalla como los expresivos individuos, esporádicamente insensatos, que lo habitan.»
People

«Un debut deslumbrante [...] luce por su fuerte razonamiento, sus individuos genuinos y una voz influida por Capote y Fitzgerald, más allá de que es precisamente leal a sí.»
Publishers Weekly

«Una buenísima primera novela que merece atención [...]. La enorme virtud de Reglas de cortesía radica en la descriptiva y acertada evocación del Manhattan de los años treinta.»
The Wall Street Journal

«Refulgente y bien logrado [...]. Un debut de particular distinción [...]. Los datos históricos son precisos y evocativos, pero jamás quitan interés a los individuos, cuyos inconvenientes son las eternas cuestiones de identidad y opinión de uno mismo.»
The BostonGlobe