¡No te muevas! (Enredos con la ley 5)

¿Qué puede suceder en el momento en que un hombre alérgico al deber es comprado con exactamente la misma moneda? Pues, si bien su cabeza no logre digerirlo, Mateo tiene la sensación de que Paula de Castro lo está usando sexualmente, que cualquier día le da la patada y, por una vez, va a ser él el que se quede hecho polvo...

Confundir a Paula de Castro con una participante de la manifestación es el fallo mucho más marciano que vió en toda su trayectoria Mateo, inspector Jefe de Antidisturbios. Desde exactamente el mismo instante en que ve bajar a una mujer tan muy elegante del furgón de detenidos, sabe que alguien se ganó el premio a tarugo del año. Si bien quizá deba agradecer al compañero de turno su fallo: Paula es la mujer mucho más bella que haya visto nunca, y eso que Mateo sabe bastante de mujeres guapas. Pero esta, por vez primera, le hace dudar de los proyectos que tiene a la perfección organizados para su organizada vida: nada de relaciones serias hasta el momento en que no sea nombrado comisario. Sin salvedades.

Paula es imposible opinar que haya acabado en comisaría. Si no fuese por el hecho de que por poco se parte la mejilla de un golpe, le resultaría aun entretenido. Y para conclusión de su aventura, semeja que el jefazo de la brigada le hechó el ojo. ¡Al fin un hombre atrayente en su historia! Si bien las novedades que le llegan del Inspector Jefe Beltrán no son muy alentadoras: lo mucho más despacio que ha oído de él es que es muy ambicioso y un mujeriego, y Paula no es una mujer de ligues de una noche, busca a alguien que sea esencial para ella y para quien ser esencial.

¡Ya que vaya ascazo! Por el hecho de que la química entre ellos es explosiva. ¿Y si prueba, solo un poquito, para presenciar esa pasión de la que ha oído charlar a sus amigas pero que jamás ha vivido? Solo un poquito y después lo deja, enserio de la buena...