Música, sólo música (Andanzas)

Todo el planeta sabe que a Haruki Murakami le encanta tanto la música actualizada y el jazz como la música tradicional. Esta pasión no solo le llevó a regentar en su juventud un club de jazz, sino más bien a empapar de referencias y experiencias musicales la mayor parte de sus novelas y proyectos. Esta vez, el escritor japonés mucho más popular de todo el mundo comparte con sus leyentes sus querencias, sus críticas y, más que nada, sus ansias de entender sobre un arte, el musical, que hermana a millones de humanos en el mundo entero. Para ello, durante un par de años, Murakami y su amigo Seiji Ozawa, viejo directivo de la Boston Symphony Orchestra, sostuvieron estas exquisitas diálogos sobre conocidas piezas de Brahms y Beethoven, de Bartok y Mahler, sobre directivos de orquesta como Leonard Bernstein y solistas inusuales como Glenn Gould, sobre piezas de cámara y sobre ópera. De esta forma, mientras que escuchan discos y comunican diferentes interpretaciones, el lector asiste a jugosas confidencias y curiosidades que le contagiarán el entusiasmo y el exitación inacabable de gozar de la música con oídos nuevos.