Maduras

Madurar es un verbo que se conjuga poco y mal por estos lares. Mayor predicamento tiene, en cambio, todo lo relacionado con rejuvenecer. De este modo nos va. Pero que no cunda el pavor. La generación del baby boom nos encontramos de suerte por venir aquí y en este momento a la madurez. Pongamos las cartas boca arriba: como está el patio, ¿quién desea regresar a la etapa de la precariedad laboral y a los salarios de becario que se extienden prácticamente hasta la edad avanzada? Ni en broma, vamos. Indudablemente es este el sitio perfecto para gozarla como merecemos. ¿Por qué razón si no los maduros de europa del norte suspiran como locos por venir aquí a disfrutar (o era retozar) esta etapa escencial? Somos el segundo país de todo el mundo con la mayor promesa de vida