Los siete hábitos de la gente desinformada: Cómo informarse y tomar decisiones en las redes sociales

Vivimos el espejismo de opinar que, como hemos consultado internet, nos encontramos suficientemente informados para tomar buenas resoluciones. Sin embargo, esta iniciativa es equivocada. Este libro deja detectar los hábitos que nos hacen mucho más atacables a la desinformación en el ambiente digital y proporciona las herramientas para elegir por nosotros tanto en el lote personal como profesional.

Estar bien informado significa tener suficientes datos para, de entre todas y cada una de las resoluciones probables, poder escoger una. No obstante, la experiencia nos revela que muchas resoluciones tomadas seguramente están lejos de sostenerse en los datos, situación que enseña que tengamos la posibilidad parecer al tiempo unos idóneos ignorantes y muy decididos.

Internet y las comunidades llevaron esta problemática hasta el radical. Jamás antes habíamos tenido ingreso a tanta información, si bien esto no supone que seamos capaces de seleccionar mejor. Los algoritmos del ambiente digital (donde conviven webs, Fb, Instagram, Twitter o WhatsApp) no en todos los casos están programados para asistirnos a escoger de manera correcta.

Contamos la falsa percepción de que nos encontramos bien informados y, por ello, decidimos apropiadamente. Sin embargo, la desinformación nos perjudica en nuestra vida personal y profesional. ¿Soy víctima de este fenómeno? La contestación, con toda posibilidad, sería afirmativa pues nos desinformamos con sencillez y de métodos muy distintos.

La meta de este libro es contribuir a detectar los hábitos que nos hacen mucho más atacables: el cuñadismo, la incredulidad crédula, la indecisión crónica, la ansiedad, el confusionismo relacional, el activismo visceral y la precariedad informativa. Y, con sus herramientas prácticas para contrarrestar la desinformación, va a ser de herramienta tanto para los especialistas en comunidades y expertos de la administración de cuentas en Twitter para esas personas que solo visitan las páginas de los jornales de siempre.