Gilead (Narrativa)

Gilead es un pequeño pueblo de Iowa, solamente un puñado de viviendas preparadas durante unas escasas calles, tiendas, un ascensor de grano, una torre del agua y la vieja estación del tren. Las generaciones se suceden en una vida en fachada apacible que se organiza en torno a las comunidades religiosas. Por medio de una amplia carta que el reverendo John Ames redacta a su hijo de siete años a fin de que este la lea una vez él haya fallecido, Marilynne Robinson cuenta con mano profesora el orden y la nada visibles de la red social. Pero en cualquier conjunto humano, como en la consciencia de cualquier hombre, basta hurgar un tanto a fin de que afloren las restricciones y las bajezas que los pueblan. Con una voz radiante y también inolvidable, John Ames abre su alma, elucubra sobre la soledad, la guerra, la pérdida de la fe, la redención, los celos, para descubrirnos la condición humana y hallar trasmitir el milagro de la presencia. Pues Gilead es, en sí, una resplandeciente celebración de la vida, pero asimismo un leal retrato de la América profunda dominada por la religiosidad y por la ignorancia de todo lo que ocurre unos km mucho más allí.
De enorme intensidad poética, Gilead acumula la desviste facilidad y la sosiega y trascendente hermosura de las proyectos que consiguen perdurar en el tiempo. Publicada por primera vez en lengua castellana, Gilead mereció el premio Pulitzer 2005 y el National Book Critic Circles Award y afianzó a Marilynne Robinson como entre las narradoras mucho más impresionantes y de más calidad de la presente narrativa de norteamérica.