El Código de Dios: ¡Somos robots!

Nos encontramos controlados por un programa invisible que organiza toda la vida. Las cosas, sitios y personas que nos agradan o nos enfadan no son eventuales ni tampoco selecciones al azar que hacemos nosotros.

Con el apoyo de ordenadores de la NASA y conociendo con precisión la hora de nacimiento, es viable entrar a la parte mucho más enigmática de nuestra naturaleza, esa que escapa a nuestro control. Asimismo deja admitir a la multitud que nos atrae y entender el motivo, tal como qué nos enfada de otros.

Además, tenemos la posibilidad de comprender cuáles de nuestras características gustan o enfadan a la gente de nuestra vida. Conseguimos entender un tanto mejor los desafíos positivos y negativos que cada relación tiene para nosotros y para el resto implicados. Más que nada, vamos a conocer lo que a cada uno de ellos nos transforma en alguien completamente diferente de algún otro humano.

Contempla tus relaciones a la luz de una observación radicalmente novedosa.

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