Educar: un compromiso con la memoria: Un libro para educar en libertad (Bolsillo Octaedro nº 21)

Bastante gente no desean vivir en independencia. Eligen no tomar resoluciones y que otros resuelvan por ellas: sus progenitores, sus vecinos, los amigos...
Para vivir en independencia hay que educar la independencia.

El planeta es raro, está repleto de opciones, y los pequeños y los jovenes deben tomar tantas resoluciones que siempre y en todo momento existe el riesgo de renunciar y dejar que su historia la escojan otros. Educar en la independencia empieza por llevar a cabo conocer a los jovenes que tienen una vida propia que tomar en sus manos, y sigue por enseñarles a deliberar, a meditar antes de tomar una resolución de la que, entonces, se tienen la posibilidad de arrepentir.

Los mayores no poseemos derecho a imponer a nuestros estudiantes ni a nuestros hijos nuestras ideas, nuestras concepciones ni nuestros proyectos de vida