Déjame con mi orgullo

Idiota.
Piensa que teniendo excelentes músculos, unos ojos miel envidiables, una altura que te hace quebrarte el cuello en el momento en que lo deseas ver a los ojos, pelo rizado, impecable piel besa…, aguarden…, me he perdido, ¿qué decía? ¡Oh, sí! Ese idiota piensa que teniendo todos esos idóneos dones puede utilizar a una mujer de qué manera desee, ya que yo no lo creo.
Soy Annabella, pero, por favor, llámenme Ann si no desean que los mate, y esta es la crónica de de qué manera conocí al cretino desesperante que tengo como tutor…
Peter Harrison.