8 claves para eliminar el comportamiento pasivo-agresivo

Tendemos a emplear el término pasivo-belicoso de forma bastante libre para detallar el accionar que podemos encontrar molesto en otros. "Oh, ¡se está comportando de forma tan pasivo-combativa!". Mucho más precisamente, la agresividad pasiva detalla una pluralidad de hábitos que van desde el sumiso no asertivo hasta el totalmente hostil.

Por causas poco comprendidas, de todas y cada una de las especificaciones y hábitos humanos, la agresividad pasiva es, para la mayor parte de nosotros, entre las mucho más bien difíciles con las que lidiar. Nos encontramos expuestos todos los días en algún nivel a la agresividad pasiva. Empapa todos los modelos y escenarios de las relaciones tal como la comunicación tanto en el campo personal como en el profesional. La mayor parte de nosotros nos encontramos familiarizados con ella, tanto si está arraigada en nuestro accionar como en un aspecto del accionar de esos que nos cubren. En varias familias puede ser una tradición, en varias organizaciones puede ser una parte del protocolo y en ciertos campos puede ser la regla mucho más que la salvedad, ocasionando estragos en aquello que es lo mucho más básico de las relaciones y relaciones. Puede transformarse en un estilo de conducta arraigado en alguien, sin que la intención sea transformarse en alguien bien difícil o evasivo, sino más bien por el hecho de que de esta forma es precisamente como muchas personas aprende que puede (y a veces, debería) hallar que sus pretensiones estén cubiertas. La agresividad pasiva es verdaderamente un mecanismo bien difícil y complejo.

Andrea Brandt tiene décadas de experiencia haciendo un trabajo con la gente y enseñándoles a entender admitir y expresar de forma mucho más eficaz su furia. En vez de evaluar a la gente pasivo-violentas, descubrió que la agresividad pasiva es un problema cultural que aparece de los tabúes de la sociedad en frente de la furia misma. Dado a que la furia no está extensamente admitida en nuestras redes de amigos, familias y conjuntos expertos, la comunicación indirecta se transforma en la estrategia mucho más frecuente para muchas personas.

Al tiempo que varios reprobarán a esos que empleen la agresividad pasiva como el modo perfecto en que han escogido estar comunicado, Brandt adopta una visión clemente en relación al problema de la persona pasivo-combativa y les exhibe caminos en los que tienen la posibilidad de decir lo que opínan de forma mucho más eficaz y conseguir lo que precisan. Primero identifica y define habilidosamente las peculiaridades de la agresividad pasiva empleando ejemplos claros que los que leen hallarán familiares y después da 8 claves para cambiar el patrón y transformarlo en otro de comunicación y asertividad eficaz.

Mediante ejemplos de casos atrayentes y también ilustrativos y ejercicios que enseñan habilidades de introspección útiles, vas a aprender de qué forma emplear una comunicación clara y una asertividad eficaz para sustituir el hábito de la agresividad pasiva. A los amigos, la gente amadas y los colegas pasivo-violentos asimismo les va a ayudar a conducir y contestar mejor en ocasiones frustrantes y irritantes. A lo largo de todo el libro, Brandt conecta los puntos mucho más importantes –cuerpo-cabeza, mindfulness, fronteras, conmuevas y pensamientos– presentando una genuina aproximación integral para cambiar los patrones pasivo-violentos.

Un libro indispensable para cambiar este hábito.