Benito Cereno

Corría el año 1799, en el momento en que el capitán Amasa Delano, de Duxbury (Massachusetts), a cargo de un enorme velero mercante, ancló con un apreciado cargamento en la ensenada de Santa María, una isla pequeña, desierta y desierta, ubicada hacia el radical sur de la extendida costa de Chile.
Había atracado allí para abastecerse de agua.
Al segundo día, poco tras el amanecer, en el momento en que aún estaba acostado en su camarote, su primer oficial bajó a informarle que una extraña candela se encontraba accediendo en la bahía. Por ese momento, en esas aguas las embarcaciones no abundaban como en este momento. Se levantó, se vistió y subió a cubierta...