Descarga tu Libro en Diversos Formatos:
Éste Libro se Encuentra GRATIS en Amazon.
Los autores, profundos conocedores de los misterios del arco y la arquería, eligieron viajar en una aventura complicada que les requirió bastante tiempo de investigación y recopilación de datos. El resultado, un abanico de historias que detallan la importancia que el arco y la flecha tuvieron para nuestra clase en su muy larga evolución.
No se conoce con seguridad el comienzo de la arquería. Año a año, brotan productos que nos cuentan sobre novedosas patentizas encontradas en una gruta o en algún paraje perdido del Viejo Planeta. Allí donde colonizó el Homo sapiens es posible, si bien poquísimo recurrente, hallar a lo largo de una excavación o sencillamente caminando, alguna punta de proyectil amorosamente tallada, aerodinámica, ligera, armoniosa. Tan pequeñas que caben en el hueco de la mano, fueron confeccionadas con las rocas de mejor calidad y mucho más simples para tallar. Su descubrimiento horada el tiempo para llegar hasta nosotros y dejarnos imaginar de qué manera fueron la arquería y los arqueros de temporadas muy lejanas.
Considerablemente más débiles y mucho más trabajosos de armar, tanto que era lo que el cazador trataba de recobrar a toda costa, los astiles eran un bien apreciado. Llevar a cabo un astil llevaba varios días. Había que escoger las ramas mucho más derechas de las maderas mucho más capaces que hubiese en la zona, pelarlas y después con bastante trabajo, primero embeberlas en agua y después enderezarlas con calor. Eran fundamentales
No se conoce con seguridad el comienzo de la arquería. Año a año, brotan productos que nos cuentan sobre novedosas patentizas encontradas en una gruta o en algún paraje perdido del Viejo Planeta. Allí donde colonizó el Homo sapiens es posible, si bien poquísimo recurrente, hallar a lo largo de una excavación o sencillamente caminando, alguna punta de proyectil amorosamente tallada, aerodinámica, ligera, armoniosa. Tan pequeñas que caben en el hueco de la mano, fueron confeccionadas con las rocas de mejor calidad y mucho más simples para tallar. Su descubrimiento horada el tiempo para llegar hasta nosotros y dejarnos imaginar de qué manera fueron la arquería y los arqueros de temporadas muy lejanas.
Considerablemente más débiles y mucho más trabajosos de armar, tanto que era lo que el cazador trataba de recobrar a toda costa, los astiles eran un bien apreciado. Llevar a cabo un astil llevaba varios días. Había que escoger las ramas mucho más derechas de las maderas mucho más capaces que hubiese en la zona, pelarlas y después con bastante trabajo, primero embeberlas en agua y después enderezarlas con calor. Eran fundamentales
Descarga tu Libro en Diversos Formatos:
Éste Libro se Encuentra GRATIS en Amazon.