Algo que recordar viajando con bebé

Mientras que cumplían su sueño de llevar a cabo un viaje cerca del planeta en el transcurso de un año, y otro de ocho meses por Asia, Lucy y Rubén se fueron enamorando de los pequeños pasajeros. De su luz, del brillo de sus ojos, de su independencia. De ahí que llegó al planeta su hijo Koke. Todo cuanto habían aprendido y vivido deseaban compartirlo con él. Como progenitores primerizos, hubo que hacerle en frente de oraciones del tipo «en este momento que vais a tener un hijo, dejaréis de viajar, ¿no?» o «total, si no se marcha a pactar». Pero claro, si Koke había sido fruto del viaje, carecía de sentido abandonar ello. Volvieron a la casilla de salida de nuevo pese al «es que con pequeños es imposible». Deseaban llevarle a los sitios en los que habían estado y conocer otros nuevos juntos. Deseaban obsequiarle el planeta, y lo que no sabían era que él les iba a abrir un montón de puertas que hasta el momento habían estado cerradas. No solo fueron desapareciendo los temores, sino terminó siendo él el que les fue resguardando en viaje. En sus primeros tres años de vida, Koke estuvo en 18 países. Pero lo más esencial es que pasó todo ese tiempo con su madre y con su padre. Y ellos con él. Sin perderse un solo segundo de su historia. Anclando para toda la vida el recuerdo de cada pequeño gran salto conquistado a un espacio.

Todo lo van contando en su blog algoquerecordar.com y en redes @algoqrecordar