Noche que te vas, dame la mano (Candaya Narrativa nº 48)

Noche que te marchas, dame la mano es un verso de Alejandra Pizarnik y el estribillo de una canción del conjunto de rock Los Suaves. Asimismo es la última solicitud de un hombre comido por la culpa que termina de arruinar 2 vidas contentos.

En una localidad que prepara una exposición universal, las edificaciones históricos son un pastel codiciado por los enormes poderes económicos. Una joven financia un convento de clausura a través de espectáculos porno, un directivo de sucursal bancaria es acusado de abusar de su hija, la mujer de un pequeño constructor local sufre un cáncer terminal, un policía se conquista de la chavala a la que hostigaban en el instituto. Noche que te marchas, dame la mano podría leerse como una novela negra si no fuese por la exploración que hace de panoramas interiores, tan arrasados y también inestables, que hasta nuestro delito les resulta sin importancia.

La música y la poesía son los hilos conductores de esta novela, tan dura como lírica, que explora varios de los enfrentamientos inherentes al humano: el deseo sexual reprimido, las relaciones de poder en la pareja, la familia y el instituto, el pasado como conformación del presente o la culpa y sus mecanismos motores.