París, capital de la modernidad (Cuestiones de antagonismo nº 53)

París fué entre las ciudades mucho más predominantes de todo el mundo, pero a lo largo de los días del Segundo Imperio formó el prototipo de la modernidad como esta fué codificada canónicamente. A lo largo del periodo de tiempo que avanza entre las revoluciones erradas de 1848 y 1871, experimentó una transformación verdaderamente pasmante. El barón Haussmann orquestó la rehabilitación física de la región, sustituyendo su trazado medieval por los enormes boulevards que dominan su fisonomía hasta hoy. Del mismo modo, a lo largo de esta etapa se comprobaron tanto el surgimiento de una exclusiva forma de capitalismo gobernado por las altas finanzas como la urgencia de la actualizada cultura del consumo. Los irrefrenables avances sociales y físicos provocaron la novedosa contestación del «movimiento moderno», pero asimismo dividieron mucho más intensamente la localidad y su organización espacial, económica y urbana según limpias líneas de clase. El resultado fue el alzamiento y la sanguinolenta opresión de la Comuna de París en 1871, cuyo desenvolvimiento es analizado en el libro con todo aspecto. Harvey ubica las fuerzas sociales, económicas y de clase en el centro de su estudio, ofreciendo un increíble análisis de este periodo de tiempo vital para entender de qué manera se gestó la trama de la política actualizada y de qué forma se empleó el espacio urbano para administrar los enfrentamientos sociales y generar formas equilibrados de dominación política inextricablemente ligadas a las maneras de reproducción de las relaciones capitalistas de producción.