El sendero luminoso del placer

Estas crónicas, ambientadas en distintos niveles, versan sobre la semblanza de un trotamundos, un aventurero sin más ni más destino que la búsqueda del exitación desde su alumbramiento. Willy del Pozo, dueño de una personalidad decantada, con una alertada sensibilidad y un caluroso humor, nos distribución estas historias reunidas como espectros que abandonan sus sarcófagos para colorear sus recuerdos con la tinta de la ironía y mostrarnos a un hedonista posmoderno que no se almacena nada en este libro antiautobiográfico. Aquí el personaje principal es el antihéroe, el perdedor que habita en nosotros, el cínico que escondemos.