3100 años con aroma de Cacao: ¿Estamos conscientes del legado que dejaremos como individuos?

Una extendida historia contada por una lata de ColaCao, que tras su nacimiento en una factoría a inicios de la década de los 60 del siglo XX, posterior venta en un autoservicio, y una vez consumido su sabroso y nutritivo contenido, comienza a tener relaciones con el planeta y a ser partícipe de aventuras, que escasas latas de cacao en polvo tuvieron la oportunidad de vivir.

Fue conseguida por una familia, con la que convivió a lo largo de 4 generaciones, y a la vera de la que ha podido comprender realidades, acontecimientos, y sitios durante distintas temporadas, y en 4 países de 4 continentes: Guinea Ecuatorial, España, Venezuela y Australia.

La hermosa y florida Lata, en su paso por el planeta, fue perdiendo su condición de objeto inanimado, transformándose en un ser con alma y consciencia. El relato de la lata viene cargado de medites y también problemas sobre la presencia del humano en el planeta terrenal, la razón de su vida, su aptitud perceptiva y mental, el futuro del mundo Tierra y su naturaleza, el papel que juega el Destino en la evolución espiritual de todo ser con alma.

Su mensaje está condensado en este libro, y lanzado al océano de leyentes, como el de un náufrago en una botella lanzada al mar. La singular Lata lo realiza confiada en que su compañero de viaje, el Destino, se ocupará de sostener su mensaje seguro de la dictadura de las masas, a flote alén de las considerables olas provocadas por mareas sociales, y que llegue a alguna orilla en la que esté un lector entusiasmado en su misterio mensaje.

Algo de su mensaje va a quedar en su cabeza, esperemos sea hasta tras su muerte. Antes de eso, y de estimar sus medites dignas de ser compartidas, la Lata espera que el lector se transforme, exactamente la misma ella, en un instrumento del Destino.