Yo, el Bocha (Fuera de colección)

Jamás fue de charlar bastante Bochini. Mucho más bien, siempre y en todo momento logró que el resto hablara de él. Como Diego Armando Maradona, que lo idolatró. Como muchos otros que deliraron con su genio impredecible, la gambeta veloz y el pase celestial. Por esa razón su autobiografía es tan importante. El señor número diez repasa su álbum de fotografías, revive esos partidos históricos, las temporadas doradas, recuerda con pericia la infinita cantidad de instantes de gloria que vivió y asistió a crear: 4 campeonatos locales, 4 copas Libertadores de América, 2 Intercontinentales, tres Interamericanas, un Mundial.

El Bocha comparte enormes historias. Las epopeyas, las patriadas, evidentemente que sí, pero asimismo las desventuras. Cuenta todo sobre los profesionales a los que admiró y, asimismo, sobre esos con los que se enojó. Revive, sin dobles alegatos, sus alegrías y desencuentros con la selección nacional. Juega a armar equipos con los más destacados de sus compañeros en Sin dependencia y los mucho más relevantes futbolistas que lo confrontaron. Le deja al seguidor ingresar en un planeta favorecido: ponerse en la piel del ídolo, ver con sus ojos, gambetear como él. Regresar al paraíso, una vez y otra vez.

A ese relato, futbolero y imantado, se le suma cien fotografías reportajes y de compilación. Y la contribución de diez expertos, familiares, ex- compañeros y especialistas que dicen, en un caso así, lo que a Ricardo Bochini no le agrada decir, pero absolutamente nadie puede denegar: que fue un grande como pocos. Como bien apunta Eduardo Sacheri en su increíble artículo para Yo, el Bocha:

¿Le semeja bastante exagerada la película? Está bien. Como desee. De todas maneras, pregunte por ahí. Por el diez. Bochini. Ricardo Enrique Bochini. No salió de una película. Jugó en Sin dependencia. Siempre y en todo momento.