Vida cotidiana y velocidad (Pensamiento Herder nº 0)

Un lúcido ensayo que nos sugiere ir a ignorar las demandas del reloj para ofrecer paso a la autonomía del tiempo propio y contemplativo. Solo de esta manera vamos a poder ser capaces de recobrar nuestra auténtica naturaleza como seres simbólicos y pensantes.

Vivimos marcados por el reloj. Nuestro día a día se lleva a cabo en un ajetreo incesante de tareas por llevar a cabo y plazos de entregas, desplazamientos marcados por horarios draconianos, horas de sueño irrealizadas… No obstante, si bien logre parecer contradictorio, "ser veloz" se asocia a la modernidad y al avance y, en cambio, la lentitud se tiene por una característica que indica atraso y una profunda inadecuación al instante presente. Esto piensa una exigencia y un desgaste colosal para la gente que, aparte de producir crispación en su estado anímico, conducena la distracción, el anonimato y la renuncia de la reflexión.

Frente este fenómeno moderno de la percepción del tiempo, Lluís Duch nos ofrece en su último libro una meditación sobre el término de la agilidad y nos ofrece una aproximación al sosiego.