Una estrella que no se apaga

Un testimonio conmovedor sobre el poder de la vida.

A Esther Earl le diagnosticaron cáncer de tiroides en el momento en que tenía 12 años. Murió en 2010, poco tras cumplir los dieciséis, pero antes inspiró a una cantidad enorme de personas.

«Sencillamente sé feliz, y si no puedes ser feliz haz cosas que te hagan feliz. O no hagas nada, pero con la gente que te hacen feliz.»

Esther Earl fue una joven con un talento y lucidez inusuales, pero una joven habitual, al final de cuenta. Se esmeró por vivir con ilusión y generosidad, singularmente tras comprender que su cáncer de tiroides era terminal.

El escritor John Green conoció a Esther en una convención de Harry Potter, y entre ellos nació una profunda amistad, tan profunda que el novelista le dedicó su novela Bajo exactamente la misma estrella y escribió el prólogo a este libro.

Desde 2010 John Green y sus fieles festejan el Día de Esther cada 3 de agosto, en el que, a solicitud de Esther, se expresa el cariño hacia amigos, familiares y personas esenciales a las que no acostumbramos a decir «Te deseo».

Estas poco comúnes memorias recogen los diarios, cuentos, cartas y esbozos de Esther