La última mujer

Novela corta de menos de cien páginas. Idónea para gozar en un fin de semana.
Despertar tras una noche de copas y diversión para conocer que junto a ti, sobre la cama, hay un fallecido, es el comienzo de un día extraño en el que la acción avanza de manera vertiginosa, los hechos se marchan enmarañando y la personaje principal se enfrentamiento entre las ganas de esconder el cadáver y la obligación de mostrarlo.
Contado en primera persona, los disimulos, la confusión, las idas y venidas, los odios, los abrazos, los chillidos... quedan expuestos por la personaje principal, desde su criterio y pasando por el tamiz de su peculiar sentido del humor, creando una interesante comedia de embrollo que despertará mucho más de una risa, algo de vértigo y la impresión de que todo se dificulta poco a poco más.
Ahora lo afirma ella: "Cualquier día de estos, me hago budista tibetana y, en lugar de deprimirme, me dedico a tener paciencia y a meditar".