La tumba de Aurora K. (Premio EDEBÉ juvenil 2014) (Periscopio nº 107)

Habíamos viajado hasta el pequeño pueblo de Clayton a fin de que mi padre tomara las muestras de ADN y averiguara si aquella mujer, Aurora K., era la ?madre de mi padre?. La biológica. Y remarco lo de la ?madre de mi padre? por el hecho de que, para mí, aquella mujer jamás sería mi abuela. Mi abuela era la otra, la de siempre, la que montaba tumultarias partidas de cartas con mis primos, la que me hacía empanadillas de pollo para mi cumpleaños, la que nos contaba aquellas pasmosas historias sobre la vida en Turenia antes de la guerra? Y ninguna prueba de ADN iba a cambiar eso. No me importaba que su sangre no corriese por mis venas, ni la del abuelo, ni la de mis primos. Ellos eran mi familia. Yo era y sería siempre y en todo momento una Pekar. Pero temo que me estoy liando? Mi padre no se fatiga de repetirme que las historias hay que explicarlas desde el comienzo. Y esta historia es bastante excepcional, conque la comenzaré nuevamente. Desde el comienzo?