Tratados morales (Ilustrado)

LUCIO ANNEO SENECA, aparentemente nació en Córdoba cerca del año 1, si bien no hay pruebas reportajes que lo atestigüen. Fue hijo del orador Marco Anneo Séneca y desempeñó los cargos de cuestor, pretor y senador del imperio de roma bajo los gobiernos de 4 emperadores: Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. De este último fue, además de esto, tutor, asesor y ministro, recibiendo de él un volumen ingente de riquezas y características, especialmente en Egipto, lo que no dejará de generar inconvenientes de conciencia en Séneca y de ahí un repetido intento de coche justificación, especialmente en su tratado “La vida feliz”.
Séneca, el estoico, se anota en una corriente mucho más extensa que, desde el periodo helenístico, en que el planeta de las ciudades se convierte en el de los reinos y también imperios, los pensadores reaccionan a través de una especide de reflujo hacia lo mucho más íntimo, hacia las profundidades de la conciencia individual, a la búsqueda de lo que pudiese ser o implicar la alegría.
El núcleo del inconveniente va a consistir en de qué forma ofrecer al sabio los medios para lograr tal felicidad, el primordial de los que debería integrar la fórmula con la capacidad de poner al pensador fuera del alcance de los hechos provenientes de todo el mundo exterior. Hegel afirmará, en su instante, pensando en estos estoicos imperiales, “en un planeta en que la independencia civil ha desaparecido, en que todos son principalmente iguales en la sumisión a las voluntades, y antojos, del príncipe, es fuera de todo el mundo, en esa ciudadela interior que es el alma del sabio, donde la independencia se ha refugiado”.