Tras los muros de Alejandría

Monte Olimpo, mediados del siglo XXI.

Pasaron varios siglos desde las considerables peleas, las considerables hazañas de los héroes, y los chillidos de victoria de Aquiles. Los cantos que Odiseo deseó percibir de las sirenas son en este momento solo un susurro, y los dioses guardan silencio. Las considerables Polis se pierden entre el polvo y el viento, y los viejos chillidos de guerra y paz se han olvidado en la noche del tiempo.

Hasta la actualidad.

Unos pasos repiquetean nuevamente en el enorme Palacio del Olimpo. Atenea, la de los ojos claros, se dirige para poder ver a su padre Zeus, dios de dioses, con una exclusiva que debe percibir sin demora: los Colosos se organizan para sublevarse nuevamente, y el poder de los 12 Olímpicos se apaga como una llama perdida en el mar.

Pero Zeus está perdido en pensamientos y sueños, y Atenea deberá viajar al pasado, para localizar al único hombre que le puede ofrecer la primera pista de dónde se encuentra aquella que va a poder evitar que el Hades se desate nuevamente sobre la Tierra. Un alma mortal que vive extraña a todo, esconde y oculta de la mirada de los inmortales...