Terrazo (Clásicos de Puerto Rico nº 11)

Terrazo es una espléndida compilación de historias cortas puertorriqueñas publicadas por vez primera en el 1947 que ilustran la vida en el campo a lo largo del alza de las industrias azucareras americanas. Bastante debe decir la obra sobre el padecimiento general del trabajador y jíbaro del campo, aplicando el énfasis en la red social de color y en la perdida general de una patria. Terrazo es un libro que se inclina a la representación verdadera, y cruda, de lo que ocurrió en nuestra isla en la época del Siglo 20. Estas historias son refrescantes y muy necesitadas para balancear un tanto el contenido del libro puesto que una y cada historia de este libro deja sus mensajes claros y nos enseña que ya hace bastante, estuvimos tolerando la pérdida perpetua de una patria.
Abelardo Díaz Alfaro emplea una prosa muy, muy bella, evocando la civilización campesina puertorriqueña y que se siente tal y como si estuviera pintando el paisaje con expresiones. En exactamente el mismo hay historias que dejan claro que son experiencias del mismo Alfaro. La manera en que organizó las historias es increíble, empezando con la del Josco, una narración fácil pero eficaz, de la riña entre el toro de la isla y un toro americano que lo desafía en situación de padrote. Alfaro emplea los dos toros y los individuos que los cubren como símbolos que manifiestan su desasosiego sobre la descarga de america en la isla, de ahí que afirma bastante en el final de la historia, el Josco elige sacrificarse él mismo antes de ser gobernado por el yugo. Las implicaciones de este final se hacen visibles y indudablemente varios de los campesinos de la temporada se debieron sentir igual.
En "El Fruto", es la crónica de un campesino llamado Tello y su mujer que pierden su mucho más reciente hijo a raíz del apetito, y en el final el personaje principal no puede mucho más y se quita la vida dejando atrás una familia y un sinnúmero de cuestiones que dejan volar la imaginación. Esta historia exhibe una catástrofe domestica que toca de forma muy cruda la mortalidad, la frustración, el deber de criar y el estirpe familiar.
"Bagazo" es la crónica de un hombre considerado ahora anticuado por el maestresala de una central azucarera y por consecuencia es exiliado del trabajo. Más allá que todavía tiene la fuerza para trabajar se considera "Viejo". Con una familia que sostener, las penas lo hunden en el alcohol y lo transporta a un final trágico. Esta historia tiene muchas similaridades con "El Fruto" y la narrativa todo el tiempo evoca la central como un enorme monstruo devorador, que en sus supones hierve sangre y sus restos son Bagazo.
En "El Ademán de la Abuela", observamos a una mujer tomar acción en el momento en que unos americanos desean adquirirle la finca por una enorme suma de dinero y ella se niega. Esta historia charla del sentido patriótico, da igual cuánto dinero te den, la patria no se vende. Aun viviendo bajo exactamente las mismas condiciones de los otros campesinos, ella escoge quedarse. De qué manera ella misma afirma en el final: "Yo no vendo un pedazo de mi patria".
Las Tres Historias de Peyo Mercé son graciosísimas, nos vamos a dar cuenta que este personaje será de las suyas con su sabiduría y maña. Abelardo Díaz Alfaro consigue hacer magia con estas historias, aquí la vida afanosa del campesino cobra vida y se transforma en historia de historia legendaria.