Teología popular (I) (A los cuatro vientos)

Dicen los entendidos en las cosas de la religión que la teología es la ciencia que enseña lo que es Dios, de qué manera es Dios, lo que le agrada y lo que le disgusta, lo que premia y lo que condena. Esto, aproximadamente, es lo que dicen los sacerdotes y semeja que la cosa está clara. Pero el inconveniente que se muestra es que a Dios absolutamente nadie lo vió y absolutamente nadie sabe de qué forma es precisamente ese Dios del que charla todo el planeta. Mucho más aún, hay muchas personas que está persuadida de que Dios no existe. Simplemente. Y todo eso de la religión es un proyecto de los sacerdotes y de la multitud santurrona que va a las iglesias. Ya que bien, si esto es verdad ¿de qué forma tenemos la posibilidad de charlar de teología para argumentar, con esa "teología", aquello que ignoramos? ¿No es todo eso un disparate y una pérdida de tiempo? La contestación a estas cuestiones se puede realizar de 2 formas. Una, echando mano de las doctrinas y teorías que idearon los sabios de tiempos viejos. Otra, recordando los cuentos y enseñanzas que están en los evangelios. La teología de las doctrinas es la teología de los sabios. La teología de los cuentos es la teología habitual. Esta es la que enseñó Jesús con su ejemplo, simplemente, con su forma de vivir y, más que nada, con su relación con los hombres de la religión y con otra muchas personas a la que la religión (la de entonces y la de en este momento) ignoraba, maltrataba y hasta condenaba. De este modo nos explicó Jesús quién es Dios y de qué manera es Dios, esa teología habitual que, con apariencia de cuentos, está en los evangelios.