El tango de la Guardia Vieja

Hay individuos que te miran una vez y se quedan para toda la vida en tu vida.
El tango de la Guarda Vieja, la novedosa novela de Arturo Pérez-Reverte

La vibrante aventura de Max Costa y Mecha Inzunza les transporta a recorrer tres niveles diferentes del convulso siglo XX: van a pasar en 1928 por Buenos Aires merced a una extraña apuesta entre 2 músicos, en Niza se van a ver envueltos en la mitad de una trama de espionaje a lo largo de los años de la Guerra Civil de españa y los primeros vientos de la segunda Guerra Mundial, para finiquitar en Sorrento, en los años sesenta, embarcados en una inquietante partida de ajedrez.

El tango de la Guarda Vieja relata con pulso admirable una turbia y apasionada historia amorosa, traiciones y también intrigas, que se alarga a lo largo de 4 décadas por medio de un siglo convulso y impresionante, bajo la luz crepuscular de una temporada que se extingue.

Un libro que apasionará a los que leen comunes de Pérez-Reverte, pero que asimismo atraerá a un nuevo público que agrada del espionaje y la estrategia, y va a saber ver esta especial historia amorosa.

RESEÑAS:

«Arturo Pérez-Reverte cambia de registro, si bien sin salir de su planeta personal, y redacta una enorme historia amorosa. [...] La novela es asimismo un extenso y documentadísimo fresco de la crónica de una Europa desvanecida, la de los años veinte, treinta y sesenta. [...] Al lado del amor y los sentimientos, unas páginas de asombroso erotismo con una fuerte carga sexual. Y asimismo enormes dosis perezrevertianas de aventura.»
El País

«La mejor novela de su creador.»
Sergio Vila-Sanjuán, La Vanguardia

«Eros, vida, deseo y aventura, todo ello contado por Arturo Pérez-Reverte de la manera más óptima viable.»
Enrique Turpin, La Vanguardia

«Asombroso compendio de amor y aventuras... Épica de los cuerpos y hermosura entre las sábanas...»
Jacinto Antón, Babelia

«Un logro, una novela feliz.»
Justo Navarro, Babelia

CITAS DEL LIBRO:

«Una pareja de jóvenes apuestos, acuciados por pasiones urgentes como la vida, se mira a los ojos al bailar un tango aún no escrito, en el salón discreto y desierto de un transatlántico que navega en la noche. Trazando sin saberlo, al desplazarse abrazados, la rúbrica de un planeta irreal cuyas luces fatigadas comienzan a apagarse para toda la vida.»

Él: Max Costa
«Sostuvo siempre y en todo momento el compás inigualable en una pista, las manos sosiegas y diligentes fuera de ella, y en los labios la oración correcta, la réplica oportuna, refulgente. Eso lo hacía simpático a los hombres y admirado por las mujeres. En aquel momento, aparte de los bailes de salón que le servían para ganarse la vida, controlaba como absolutamente nadie el arte de hacer fuegos artificiales con las expresiones y dibujar melancólicos panoramas con los silencios.»

Ella: Mecha Inzunza
«Parecía salir de las páginas selectas de una gaceta ilustrada: lucía collar largo de perlas y atentos a juego. Esbelta, sosegada, caminando estable sobre tacones altos en el despacio balanceo de la nave, su cuerpo imprimía líneas rectas y prolongadas, prácticamente inacabables, a un vestido verde jade largo y rápido, que desvestía sus brazos, hombros y espalda hasta la cintura.»

«Se retaron Mecha y él con la mirada. Qué demonios pretendes, era el interrogante discreta del bailarín mundano. El desdén de ella bastó como contestación. Puedes jugar, afirmaba el ademán. Soliciar mucho más cartas o retirarte. Va a depender de tu curiosidad o tu valor. Y ahora conoces el premio.
@perezreverte
#guardiavieja