Tan veloz como el deseo

Júblio tiene el don de oír los sentimientos de la gente. De esta forma de niño Júbilo sirve de intérprete entre su abuela con orígenes mayas y su madre con raíces españolas.

De Laura Esquivel, la autora del bestseller en todo el mundo Como agua para chocolate.

Relato en el que Esquivel revela que tras todo, el cariño prosigue viajando a la agilidad del deseo.

Es este un bello relato pensado en México, a inicios del siglo XX, con posterioridad a la Revolución Mexicana: la historia de Júbilo, un hombre que nació con el don de la alegría y la aptitud de "percibir" los auténticos sentimientos de la gente no expresados en expresiones.

Desde pequeño, Júbilo se transforma en el intérprete entre su abuela, de origen maya, y su madre, de origen español. Entre 2 etnias, sirve de nudo entre esas 2 mujeres irreconciliables. Júbilo descubrió el poder de las expresiones, tan enorme como el deseo, y ello determinará que escoja transformarse en telegrafista para lograr continuar traduciendo y también interpretando a su antojo.

A través del relato de su hija Lluvia, que lo acompaña en sus últimos días, postrado en el lecho y privado de la palabra, descubrimos la crónica de Júbilo, quien conoció como absolutamente nadie la discordancia entre el deseo y la palabra.

Lo que dijo la crítica:

"Cautivador... irrealizable no conmoverse". -Elle.

"Nos charla del poder de las expresiones que "exactamente la misma el agua, son unas conductoras increibles de energía", en una novela que conjuga narración y reflexión, con un estilo fluido que no defraudará a sus leyentes mucho más leales". -José María Plaza, El Planeta.