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Tercera distribución de la trilogía, ambientada en el Caribe y México, entre 1518 y 1521.
La llegada de los Conquistadores españoles ha roto la estabilidad político entre las naciones indígenas del Anahuac. Hernán Cortés, con un puñado de valientes, está presto a accionar como aventajado acólito de Maquiavelo y aprovecharse de la enemistad visceral entre los aztecas y los tlascaltecas, transformándose en el vencedor incontestable de la sanguinolenta pelea que se aproxima. Pero esta guerra de exterminio solo encontró un paralelismo, en nuestra temporada moderna, con el régimen que los rusos brindaron a los alemanes tras su victoria en la “Enorme Guerra Patriótica”. ¿Qué tuvieron en común el régimen nazi y el régimen azteca? Las pirámides de los tlatoanis aztecas no fueron respetadas por los amos que les sucedieron en el poder en México, al revés de lo sucedido, por servirnos de un ejemplo, con las pirámides de los faraones egipcios. ¿Qué horrores incomprensibles encontraron los españoles en ellas, para disponerse a aniquilar sin remordimientos hasta el mucho más mínimo vestigio de la que se vino teniendo en cuenta como la “civilización” mucho más floreciente del Nuevo Planeta?
La llegada de los Conquistadores españoles ha roto la estabilidad político entre las naciones indígenas del Anahuac. Hernán Cortés, con un puñado de valientes, está presto a accionar como aventajado acólito de Maquiavelo y aprovecharse de la enemistad visceral entre los aztecas y los tlascaltecas, transformándose en el vencedor incontestable de la sanguinolenta pelea que se aproxima. Pero esta guerra de exterminio solo encontró un paralelismo, en nuestra temporada moderna, con el régimen que los rusos brindaron a los alemanes tras su victoria en la “Enorme Guerra Patriótica”. ¿Qué tuvieron en común el régimen nazi y el régimen azteca? Las pirámides de los tlatoanis aztecas no fueron respetadas por los amos que les sucedieron en el poder en México, al revés de lo sucedido, por servirnos de un ejemplo, con las pirámides de los faraones egipcios. ¿Qué horrores incomprensibles encontraron los españoles en ellas, para disponerse a aniquilar sin remordimientos hasta el mucho más mínimo vestigio de la que se vino teniendo en cuenta como la “civilización” mucho más floreciente del Nuevo Planeta?
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