Un surfista en busca del paraíso

Como bien afirma Bernardo Atxaga: «Nos encontramos hechos para el paraíso, como los pájaros están hechos para el aire». En Hawái llevaban siglos cogiendo y gozando las olas, pero en unas escasas décadas el hombre blanco transformó completamente el surf. En este momento contamos mejores tablas, trajes de neopreno, conjeturas marítimas, turismos y hasta vuelos a islas recónditas. A cambio, hemos sobrepasado muchas costas de cemento, hay bastantes surfistas en todas y cada una partes y no somos mucho más contentos que los viejos indígenas hawaianos. Ese es el hilo primordial de este libro tan bien difícil de clasificar como simple de disfrutar. ¿Nos encontramos poco a poco más lejos o mucho más cerca del paraíso? La estabilidad, en el surf como en todo, es indispensable para no desplomarse y proseguir gozando. Para lograr aproximarnos al paraíso.