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Introducción
LA VIDA VEGETAL, como la conocemos, no existía sin el suelo fértil que forma en la área del globo una fina cubierta de muebles, llamada en ocasiones tierra arable, esta cubierta da a las plantas una base sobre la que se tienen la posibilidad de enraizar y los elementos. Nutrientes precisos para su desarrollo. El agua y el aire que tiene dentro están al alcance de las raíces. La presencia de plantas y también, de forma indirecta, la de los animales es dependiente absolutamente de esta cubierta fértil compuesta en su mayor parte por partículas de roca desagregadas por agentes atmosféricos. El resto está conformado por los restos de la composición de los cuerpos organizados. El suelo superficial no es una masa inerte, invariante. Es regularmente reelaborado por acciones físicas y químicas y por la actividad de múltiples organismos vivos, como las bacterias. Un momento basta para sacar una pala de tierra del suelo
LA VIDA VEGETAL, como la conocemos, no existía sin el suelo fértil que forma en la área del globo una fina cubierta de muebles, llamada en ocasiones tierra arable, esta cubierta da a las plantas una base sobre la que se tienen la posibilidad de enraizar y los elementos. Nutrientes precisos para su desarrollo. El agua y el aire que tiene dentro están al alcance de las raíces. La presencia de plantas y también, de forma indirecta, la de los animales es dependiente absolutamente de esta cubierta fértil compuesta en su mayor parte por partículas de roca desagregadas por agentes atmosféricos. El resto está conformado por los restos de la composición de los cuerpos organizados. El suelo superficial no es una masa inerte, invariante. Es regularmente reelaborado por acciones físicas y químicas y por la actividad de múltiples organismos vivos, como las bacterias. Un momento basta para sacar una pala de tierra del suelo
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