Soleá. Trilogía Marsellesa III (Literaria nº 80)

«O sea una novela. Nada de lo que en ella se cuenta, sucedió. Pero como me es realmente difícil mantenerse indiferente frente a la lectura día tras día de los diarios, mi historia termina tomando por fuerza los caminos de lo real. Al final de cuenta, todo sucede en la verdad. Y el horror, en la verdad, sobrepasa –y con bastante– cualquier ficción imaginable. En lo que se refiere a Marsella, mi localidad, siempre y en todo momento a medio sendero entre la catástrofe y la luz, se hace eco de lo que nos amenaza», escribió Izzo.

Todo llega a su final, y es posible que los pésimos solo tengan su justo en las viejas películas de Hollywood. Resulta bien difícil enfrentar la verdad, la náusea que hace es bastante intensa. Bajo su falso fulgor se oculta una podredumbre que amenaza todo lo que deseamos, aun lo mucho más inocente. Nada ni absolutamente nadie se salva de ella. ¿No el detective Fabio Montale?

El refulgente punto y final a una trilogía que redefinió el curso de la novela negra.