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Alemania, año 1106. Hildegarda, de ocho años, ingresa en un monasterio benedictino del Palatinado. Es una pequeña patológica con un don particular: tiene visiones. A lo largo de largo tiempo su historia avanza, externamente, sosegada y apacible, pero Dios tiene otro sendero para ella. A los 40 y tres años le ordena que escriba sus visiones. Y, desde ese instante, se transforma en un líder de la Cristiandad al manifestarse su complicada y muy, muy rica personalidad de soñadora, profeta, teóloga, música, médica, boticaria, científica, creadora, consejera de emperadores y papas, de obispos, abades y abadesas, de gente fácil...
Esta novela nos introduce en esa rica y profunda personalidad por medio de su itinerario espiritual y de todo el mundo en el que debió revelarse marcado por las Cruzadas, los combates entre el Papado y el imperio, la situación de inferioridad de la mujer, la herejía cátara..., inconvenientes a los que Hildegarda se encaró predicando, escribiendo, intentando de sanar el cuerpo y el alma de todos y cada uno de los que asistían a ella.
La novela asimismo nos enseña lo primordial de sus escritos, en los que se refleja el cariño de Dios al hombre y el planeta como un don que debe proteger, la armonía entre fe y razón, la igualdad y complementariedad del hombre y de la mujer, etcétera. Un comprender con el que Hildegarda se adelantaba a su tiempo, sugiriendo proposición que solo el día de hoy han logrado carta de ciudadanía en la Iglesia y en el planeta. Un comprender, en ocasiones misterio y enigmático, angélico, que le había sido infundido por Dios, "Soy la pequeña pluma que el viento mantiene, soy su instrumento", y que le ha valido ser nombrada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI en el mes de octubre de 2012.
Ana Muncharaz Rossi (La capital de españa) es autora y diplomada en Periodismo, trabajó para distintas editoriales y su historia profesional da un giro cerca de la literatura.
Con Ediciones Palabra ha anunciado, asimismo en la compilación Arcaduz, El viaje de Egeria, La peregrina hispana del siglo IV (2ª edición 2012) que cuenta la increíble travesía a Jerusalén de la célebre viajante Egeria, el primero del que se mantiene testimonio escrito y que dejó en la Localidad Santa un recuerdo que todavía sigue. De antemano tiene otros 2 libros, El árbol doblado (2003),
La brisa del Egeo (2007).
Su escritura se identifica por una conseguida combinación de hondura en la descripción de los individuos y de los contextos históricos, y de atrayentes y interesantes tramas.
Esta novela nos introduce en esa rica y profunda personalidad por medio de su itinerario espiritual y de todo el mundo en el que debió revelarse marcado por las Cruzadas, los combates entre el Papado y el imperio, la situación de inferioridad de la mujer, la herejía cátara..., inconvenientes a los que Hildegarda se encaró predicando, escribiendo, intentando de sanar el cuerpo y el alma de todos y cada uno de los que asistían a ella.
La novela asimismo nos enseña lo primordial de sus escritos, en los que se refleja el cariño de Dios al hombre y el planeta como un don que debe proteger, la armonía entre fe y razón, la igualdad y complementariedad del hombre y de la mujer, etcétera. Un comprender con el que Hildegarda se adelantaba a su tiempo, sugiriendo proposición que solo el día de hoy han logrado carta de ciudadanía en la Iglesia y en el planeta. Un comprender, en ocasiones misterio y enigmático, angélico, que le había sido infundido por Dios, "Soy la pequeña pluma que el viento mantiene, soy su instrumento", y que le ha valido ser nombrada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI en el mes de octubre de 2012.
Ana Muncharaz Rossi (La capital de españa) es autora y diplomada en Periodismo, trabajó para distintas editoriales y su historia profesional da un giro cerca de la literatura.
Con Ediciones Palabra ha anunciado, asimismo en la compilación Arcaduz, El viaje de Egeria, La peregrina hispana del siglo IV (2ª edición 2012) que cuenta la increíble travesía a Jerusalén de la célebre viajante Egeria, el primero del que se mantiene testimonio escrito y que dejó en la Localidad Santa un recuerdo que todavía sigue. De antemano tiene otros 2 libros, El árbol doblado (2003),
La brisa del Egeo (2007).
Su escritura se identifica por una conseguida combinación de hondura en la descripción de los individuos y de los contextos históricos, y de atrayentes y interesantes tramas.
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