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Una característica fundamental de la nación de Israel, que Dios les empapó, fue su decidida rigidez en la copia y traducciones de los distintos libros que a la postre conformarían el Viejo Testamento de la Biblia. A los hebreos no se les escapó una oración, una palabra, una letra de los escritos que Dios determinó como sagrados. Después del tiempo de Jesucristo en la tierra se conformó el grupo de libros escritos por los apóstoles del Cordero, que fueron presentes presenciales de su historia y predicaciones. Ello forma el Nuevo Testamento de la Biblia.
El Nuevo Testamento no abroga al Viejo, sino lo cumple, cumple sus premoniciones mesiánicas primordialmente. Queda completamente abrogado sí el culto judío, los ritos y sacrificios, puesto que exactamente los mismos eran imágen o simbolismo del sacrificio de Jesús en la Cruz. La fe en ese sacrificio, la aceptación de nuestra maldad enfrente de Dios, nuestro arrepentimiento, la total seguridad de que Jesucristo de Nazaret nos limpia de pecado y libra de castigo eterno, compone el único ingrediente preciso para ser aceptos en el reino eterno de Dios.
La Biblia es una recopilación de varios libros en uno solo. Todo ello compone las "Escrituras" o "Palabra de Dios". Todos y cada uno de los libros fueron inspirados o guiados por el Espíritu de Dios o Espíritu Santurrón. No hay contradicción alguna entre los distintos libros, no hay necesidad de añadir ningún otro y bastante menos eliminar alguno. Por rigurosa intención de Dios la Biblia llega a nuestros días así y prohíbe puntualmente eliminar nada ni añadir nada en lo absoluto. Quién desee saber a Dios y a su Hijo Jesucristo debe leer la Biblia atentamente y en incesante oración.
La Biblia, las Escrituras, son libros escritos por humanos pero inspirados por Dios. Todo cuanto hablo en este libro está escrito en la Biblia. Desgraciadamente Satanás y sus fieles tienen una "Biblia" acomodada a sus intereses. Dónde han eliminado verdaderamente innumerable proporción de partes y versículos que incomodan o no favorecen a su imperio global de maldad. Yo en lo personal sugiero no leer ninguna traducción bíblica que pase de la versión de 1960. (Leer: Apocalipsis 22: 18-19 Romanos 15: 4 ).
El Nuevo Testamento no abroga al Viejo, sino lo cumple, cumple sus premoniciones mesiánicas primordialmente. Queda completamente abrogado sí el culto judío, los ritos y sacrificios, puesto que exactamente los mismos eran imágen o simbolismo del sacrificio de Jesús en la Cruz. La fe en ese sacrificio, la aceptación de nuestra maldad enfrente de Dios, nuestro arrepentimiento, la total seguridad de que Jesucristo de Nazaret nos limpia de pecado y libra de castigo eterno, compone el único ingrediente preciso para ser aceptos en el reino eterno de Dios.
La Biblia es una recopilación de varios libros en uno solo. Todo ello compone las "Escrituras" o "Palabra de Dios". Todos y cada uno de los libros fueron inspirados o guiados por el Espíritu de Dios o Espíritu Santurrón. No hay contradicción alguna entre los distintos libros, no hay necesidad de añadir ningún otro y bastante menos eliminar alguno. Por rigurosa intención de Dios la Biblia llega a nuestros días así y prohíbe puntualmente eliminar nada ni añadir nada en lo absoluto. Quién desee saber a Dios y a su Hijo Jesucristo debe leer la Biblia atentamente y en incesante oración.
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