Sal de este libro: Y otros textos fuera de contexto

Este no es un libro de memorias, pero no desprecia los recuerdos. No es un libro de humor, pero no desprecia el humor. No es un libro de pensamientos, pero no desprecia la reflexión. Es un libro que no desprecia nada, singularmente el verbo despreciar, pues despreciar es un bonito verbo. Hablamos de un libro para leyentes insaciables, poco a poco más pocos, probablemente por haberse intoxicado con pulpa de celulosa. Varios de los contenidos escritos no son sino más bien comentarios a novedades diarias, si bien la mayor parte de ellos se mueven en un lote intermedio, lo que da la razón a mi madre en el momento en que me chillaba, fregona en mano: «¡Este chiquillo, que siempre y en todo momento debe de estar por el medio!». Fué redactado a lo largo y ancho del tiempo y, pese a ello, no exhibe mayores incongruencias, cuando menos no mayores que los escritos exactamente el mismo día por el creador llevando exactamente las mismas zapatillas y exactamente el mismo llavero de Peppa Pig. Los razonamientos que trata el creador constituyen una floresta varia