Revilla – politicamente incorrecto (Biografias Y Memorias)

«¡Ahora viene el rey de Cantabria!», afirmaba la duquesa de Beato Mauro en el momento en que se aproximaba a saludarla un Revilla treintañero, de pantalón blanco de campana, poblado bigote y gigantes patillas, que habituaba frecuentar su palacio de Las Cuajas. Y sucede que, entre los amigos mucho más próximos del presidente cantabrio, descubrimos, durante esta biografía, aristócratas, abarqueros, pescadores, catedráticos, banqueros y, también sorpresa suya, algún integrante de ETA.

Varios ignoran que, tras ese rentabilizado populismo del político de verbo suelto y procaz que se desplaza en taxi para proceder a La Zarzuela y que obsequia anchoas por Navidad, Miguel Ángel Revilla pasa por ser un óptimo instructor de Economía Aplicada en la Facultad de Cantabria y un regionalista precoz al que se le asigna, justamente, que Cantabria sea el día de hoy una Red social Autónoma sin dependencia de Castilla y León.

Durante estas páginas, sus incondicionales lo definen como un hombre íntegro y leal, un político próximo que charla claro y afirma lo que otros opínan pero no se animan a expresar, un marido entrañable y cómplice, un óptimo padre del que solamente se goza pero, más que nada, un hombre de principios, enamorado y ofuscado de y por su tierra, de y por España.

Por su parte, sus contrincantes íntimos, que los tiene a pares, no escatiman sacrificios en el momento de dibujar su peor perfil, grotesco y vulgar, de político traidor y oportunista. Con todo, Miguel Ángel Revilla, el presidente autonómico mejor valorado según las últimas investigaciones, el que lúcida tantas filias como fobias con exactamente la misma intensidad, prepara a su partido para ofrecer el salto a la política nacional en las próximas selecciones en general.